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Foto del escritorUVVIA

BODEGAS VALDELANA un legado de pasión y amor a través de 14 generaciones de viticultores de la familia Valdelana.


La bodega, ganadora del premio Best of al Turismo Enológico, está construida sobre seis calados subterráneos de piedra de sillería que datan de los siglos XV y XVI. En ellos, descubrirás un Museo Etnográfico que contiene restos de todas las culturas y civilizaciones que nos han precedido y que han habitado Rioja Alavesa, una muestra palpable del desarrollo de la viticultura en Elciego.   


Cabe destacar la belleza de una Capilla, presidida por la Virgen de la Plaza, situada en un retablo original del sigo XVI.  En los calados también podremos ver el documento más antiguo que obra en la bodega, que data de 1,583, y el más antiguo que data de 1,400. Se ha dejado sin restaurar para que los visitantes puedan admirar una pequeña muestra de cómo trabajaron sus antepasados.   La sala de catas está situada en un calado subterráneo.

  

LA FAMILIA ESCRIBE SU HISTORIA CON VINO EN RIOJA…

Los romanos sabían bien lo que hacían. Hace 20 siglos, en el  I d.C, los romanos poblaron el Valle de Lana de cultivos leñosos: olivo y vid.   Ese mismo valle dio apellido a una apasionada familia que supo recoger la sabiduría antigua para amarla, respetarla y desarrollarla hasta hoy. 

En 1615 nacía Pedro Valdelana, primer viticultor de la familia. La leyenda de Bodegas Valdelana no había hecho más que empezar.

 

Un enclave privilegiado les favorecía: al sur del Ebro y con la salvaguarda de la Sierra de Cantabria contra los fríos del norte. Gran dosis de sol sobre un suelo arcilloso calcáreo, más que óptimo para el vigor de sus 100 hectáreas de viñedo. En él, sus cinco variedades se vendimian a mano: Tempranillo, Garnacha, Mazuelo, Graciano, Malvasía y Viura.

El auténtico tesoro de Valdelana es su finca Santa Cruz,  4 hectáreas enclavadas en la ladera oeste de la sierra, en donde hay viñedos que han sobrevivido a la letal filoxera que, en 1904, asolaba Rioja.   Las raíces de sus cepas quedaron a salvo del temible insecto y hoy se cuidan con extraordinario mimo.

Estas vides, centenarias por derecho propio, atesoran el más íntimo secreto de Valdelana porque cuentan su misma historia.     Es el sabio legado del tiempo, la esencia de una familia como filosofía y la regla de belleza clásica llevada al vino:   equilibrio, complejidad y armonía. 

 

Vinos elaborados con pasión por la calidad, y una constante dedicación que viene reflejada de los valores de toda una tradición familiar de más de 400 años.


Esta y otras historias aún por contarte... son las que deseamos te acompañen cada vez que disfrutes una botella de vino, con tu(s) persona(s) favorita(s) y la inspiración de recordar cada momento compartido.


Porque entre el cielo y la tierra tenemos las mejores historias con vino ...




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